DEFENSA DE LA POESÍA
Por Antonio Acevedo Linares
Defender la poesía como una alegría
defenderla de la rima y de la ruina
de los estupefacientes y el exilio
de la adulación y el delirio.
Defender la poesía como una libertad
defenderla de la delación y la soledad
de las prisiones y de la bohemia
de la traición y de la codicia.
Defender la poesía como una dignidad
defenderla de la élite y de la abyección
de los usureros y la inspiración
del ángelus y de la consigna.
Defender la poesía como una pasión
defenderla de la moda y los ídolos
de los románticos y los horóscopos
del suicidio y de las academias.
Defender la poesía como una convicción
defenderla de la castidad y el lujo
de los talismanes y los secuaces
de los códigos y de los cosméticos.
Defender la poesía como un himno
defenderla de la oferta y la demanda
de los contratos y las venéreas
de los impuestos y de la egolatría
y también de la poesía
como contribución para la
incitación a la vida.
*Paráfrasis del poema “Defensa de la Alegría”.
Mario Benedetti. Cotidianas. Editorial Siglo XXI, 1979.
---