Cuando la tarde cae desmayada
En su lecho de ilusiones
Por una lluvia de luceros
En serenata gris
Y el sol en el ocaso se revuelve herido,
Me sumo a la nostalgia
De no haber vivido
Y se destiñen mis metas
En las venas de la lejanía.
No puedo ver al mundo
Con los ojos abiertos
Y escuchar el suave trino
De alguna ave enamorada,
Por los andenes del tiempo.
Si supiera qué me falta
Para subir al cielo,
hace tiempo que esperaría el nuevo día
Con alegría y esperanzas de amor.
SOY UN REFLEJO DE FE
En la luz de mis ojos
Hay un rayo de sol
De abrasador regazo,
En la imagen de mi ser
Hay un halo de vida
Enemigo de penumbras
Y de oscuros horizontes.
La energía de mis pasos
Abre rutas de ensueños
Hasta en lúgubres abismos
De marchitas soledades.
En las duras riveras
De mi eufórica lira
Navega mi canto
Y su torrente de notas del alma
Se expande con furia
En los valles humanos
Engendrando versos
En la fuente de mis días.
EL PASAJE DE MI VIDA
Se agitan las hojas solitarias
De la arboleda encrespada,
En el murmullo de su lenguaje sin notas
el verbo musita celestes melodías,
Nada aquieta
Las armonías oscuras
De un vendaval de versos,
La canción sin palabras
En el sendero lejano
Es una dulce armonía
en los valles de nostalgia,
Hasta el vuelo apurado de las aves
Señalan paisajes
Antes de anochecer.
ES LA LLUVIA DON DE VIDA
Por las hojas
Amarillas del otoño
Donde muere el tiempo,
Nace la nostalgia
Y se desliza inerte
Hacia el oscuro vacío
De la soledad.
La tristeza de la tarde
Agoniza sin luz
Y los fúnebres albores
Engendran la penumbra
Y los sueños de azul grana
Hacen hoyos en las nubes
Para anidar la fe.
La arboleda somnolienta
Se desnuda al viento
Y sus ramas solitarias
Se entremezclan apenadas,
El verdor de otras mañanas
No hace sombra en pleno sol
Y los hombres con sed
De tantas lunas
Corre tras la gota de agua
De los ojos del cielo.
EN EL JARDIN DE TUS OJOS
En el firmamento de tus ojos
Voy a nacer en estrella
Pasada la media noche
Para alumbrar tus pasos
Y sueños de lucero.
Los astros de luz propia
No mueren con la tarde alegre,
No apagan sus destellos
De metálica faz.
Los cuerpos
De los veranos pasajeros
Encierran con barrotes
Sus rutas matinales.
Sobre tus pestañas
Revuelan suavemente
Las horas sin minutos
De los meses del año.
SOBRE EL CIELO DE TUS PASOS
Voy de pie
Con los ojos marchitos
De luceros opacos.
La ventana del espacio
Abriga la penumbra,
En su vientre palpitante, se juntan las puertas
En el mismo umbral
Del medio día
Y solo un pensamiento,
Penetra sin dolor
Por los oscuros, parajes
Del fruto por nacer.
Fidel Alcántara Lévano
Poeta y escritor
Moquegua – Perú
E-mail: monte-moria@hotmail.com
Portal web: www.ujcm.edu.pe/mariateguino
Fotografía: Fidel en el Barrio Belén (Moquegua - Perú)